Paisajes urbanos

Desde 1896 hasta su muerte siete años después, Pissarro abandonó el divisionismo y retornó a sus orígenes Impresionistas, pero esta vez dedicado principalmente a escenas de tipo urbano. Así, pintó vistas de la ciudad de Ruán y su puerto, y también de París y sus calles.

Esta serie del bulevar de Montmartre, de París, es un excelente ejemplo de la esencia del método pictórico impresionista aplicado a una escena urbana. Aparece una misma vista del bulevar bajo distintas condiciones de iluminación y atmosféricas.

Para trabajar en la elaboración de esta serie de 1897, Pissarro alquiló una habitación del Grand Hotel de Russie, desde donde dominaba una magnífica vista sobre el bulevar de Montmartre.

Pissarro llegó a componer hasta 13 vistas del mismo bulevar, representando distintas condiciones atmosféricas, de luz y de estado de ánimo del artista. Lo que tienen en común todas estas obras es que no hay nada de solemne ni ceremonial en las vistas: muestran una ciudad animada, llena de vida, con movimiento y actividad. Con las rápidas pinceladas descriptivas Pissarro ha captado instantáneamente esta actividad.

La composición tiene una estructura geométrica determinada por la pronunciada perspectiva de la gran avenida. La dominancia de las diagonales que confluyen en un punto de fuga que no está en el centro del cuadro contribuyen a dar dinamismo a la composición.

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