Periodo «sintético»

«Pintar no significa copiar el objeto, sino realizar sensaciones coloreadas» Cézanne

El estilo de Cézanne en etapa final de su vida (aproximadamente desde 1890 hasta su muerte en 1906) se caracteriza, sobre todo por la simplificación de formas. Ahora explora con mayor audacia, en la Naturaleza, los elementos constructivos y estructurales que le sirvan al artista para edificar un nuevo lenguaje expresivo. La función de este lenguaje es la de facilitar que el arte no sea una mera copia de la realidad, sino algo duradero y construido con la contribución de la actividad intelectual del pintor.

Los jugadores de cartas

Los jugadores de cartas
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Los jugadores de cartas
Paul Cézanne (1892-93)

Un ejemplo de obra de transición entre la etapa constructiva y la sintética es la conocida obra Los jugadores de cartas (1892-93). Los personajes están construidos, en cuanto a masas y volúmenes, mediante el uso del color.

Hay una cierta desproporción entre el tamaño de las cabezas y la de los cuerpos. Se trata de un recurso para transmitir mayor sensación de masa, de estructura en las formas. Así, los brazos son cilíndricos, lo mismo que el sombrero del jugador de la izquierda. El sombrero del otro jugador parece semiesférico. Cézanne se esfuerza por reducir las formas imperfectas de los objetos tal y como se presentan a la sensación, a las formas puras que constituyen su esencia duradera.

La montaña de Sainte-Victoire

La montaña de Sainte-Victoire
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La montaña de Sainte-Victoire
Paul Cézanne (1902-04)

En la serie de pinturas de Cézanne sobre la montaña de Sainte-Victoire, el artista se esfuerza por transmitir la sensación de profundidad mediante la progresiva sucesión de planos conformados por pinceladas de color. En algunas de estas obras Cézanne llega a rozar la abstracción, al sacrificar la descripción óptica en favor de la transmisión de la sensación de masa de la enorme mole que es la montaña.

Las grandes bañistas

Las grandes bañistas
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Las grandes bañistas
Paul Cézanne (1898-1905)

Por último, hay una serie de obras representativas de este periodo sintético, que son las bañistas. En esta parte final de la carrera de Cézanne, hay una preocupación de síntesis entre dos fuentes de inspiración: la memoria y la Naturaleza. En este caso, el punto de partida de Cézanne es puramente mental: intentar realizar una obra configurada básicamente sobre una estructura modular basada en el triángulo. El entorno natural que sirve de decorado para la realización de este proyecto es el de unos bañistas a orillas del río Arc, cerca de Aix-en-Provence.

La composición está estructurada en torno a tres grandes triángulos: uno que domina toda la obra y que esta delimitado por los troncos de los árboles, y otros dos, más pequeños e inscritos en el primero, formados por dos grupos de bañistas a izquierda y derecha.

El cuerpo humano, en esta obra, esta despojado de toda sensualidad y expresividad, para pasar a ser un elemento de la composición.

El dibujo que delimita los cuerpos no impide que los colores del entorno se mezclen e invadan a algunas de las figuras humanas, que parecen tener el tratamiento propio de meros objetos.

La sensación de profundidad en el espacio se logra mediante la hábil disposición de los cuerpos en planos sucesivos, y potenciada por el uso de masas de colores cálidos y fríos alternando.

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