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Lo que yo llamo «Gran Arte» es simplemente el arte que exige que todas las facultades de un hombre se empleen en su producción, y que todas las obras sean tales que todas las facultades de otro sean invocadas y deban interesarse en comprenderlas...
Paul Valéry

Hacia 1868 se incorpora a las tertulias del café Guerbois, lideradas por Manet. Allí conoce a Monet, Sisley, Cézanne y Renoir. A diferencia de estos impresionistas, Degas no se siente atraido por la pintura al aire libre, prefiriendo la pintura de escenas de interior iluminadas con luz artificial. Llegó a decir a sus compañeros impresionistas «Vosotros necesitáis la vida natural; yo la artificial». Y Degas llegó a desarrollar una habilidad excepcional para la representación de escenas de interior.

Ese entorno más recogido parece que se prestaba mejor para lo que verdaderamente apasionaba a Degas: el estudio del movimiento del cuerpo humano, captado en momentos inesperados, y bajo encuadres tremendamente audaces e inusuales influidos por la gran afición de Degas por la fotografía y las estampas japonesas.

En su famosa obra El Ajenjo, de 1876, Degas elabora una escena de interior en la que utiliza recursos que están presentes en toda su obra.

Luz

Tema

El ajenjo
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El ajenjo
Edgar Degas, 1876

El cuadro representa a dos artistas sentados en los veladores de la terraza del café de la «Nouvelle-Athènes», en la plaza Pigalle, cerca del circo Fernando, donde solían acudir Renoir y Degas. La «Nouvelle-Athènes» sustituyó al café Guerbois como lugar de reunión por esas fechas, aunque el grupo que se reunía ya no era exactamente el mismo, según cuenta Rewald.

La mujer es la actriz Ellen Andrée, y su expresión ausente contrasta con el gesto duro e indiferente del hombre, el pintor y grabador Marcellin Desboutin, amigo de Degas y conocidísmo personaje de la bohemia parisina de la época.

Composición

Composición

Esquema compositivo de
El ajenjo

Es llamativa la composición del cuadro en cuanto a la perspectiva, con dos puntos de fuga fuera de la escena, y con un punto de vista que no es frontal, sino oblicuo. El efecto de inmersión del espectador se consigue gracias a la técnica del desbordamiento del primer plano. Gracias a este recurso se construye un espacio pictórico abierto, reforzando la acusada perspectiva marcada por las líneas de fuga de los veladores. Desde el punto de vista compositivo, también destaca el descentramiento de las figuras, que pasan a ocupar el cuadrante superior derecho de la tela; una vez más Degas utiliza magistralmente el encuadre selectivo para dotar de mayor expresividad a la obra.

Detalles

Detalles

Detalles de
El ajenjo

Además de la expresión y la postura de los personajes el contenido de sus bebidas delata su estado: Desboutin tiene delante un vaso de mazagrán, un remedio para la resaca. Andrée está absorta delante de un vaso de ajenjo (mezcla de anís y menta con absenta, una bebida tóxica). Degas nos regala un par de detalles que contribuyen notablemente a que el cuadro tenga mayor naturalidad y espontaneidad: en el velador, recortado en primer plano, hay un portacerillas y un periódico.

Luz

Degas sitúa hábilmente el foco de luz enfrente de los personajes, pero a la derecha del espectador, fuera del espacio que el pintor ha recortado para nosotros. Lo sabemos por las sombras de las cabezas sobre el espejo que tienen detrás. Una vez más nos encontramos con que el espejo, de esta manera, contribuye a ampliar el espacio pictórico.

 
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